Una pausa en el camino, para cenar y pasar la noche, después
de nuestra visita a Bryce Canyon… el “Ruby’s Inn” estaba cerquita del parque y
nos encantó…Tenia todo tipo de prestaciones y tiendas… La parte en la que nos
alojamos se llamaba la “Ponderosa”, como el rancho de la serie “Bonanza”… (ya…ya…
que soy mas antigua que la pana…qué se le va a hacer!) pero el lugar estaba muy simpático y además con
servicio de “Laundromats” o lavanderías autoservicio,… curioso invento este… oye!...
y muy, pero que muy eficiente… que nos permitió
lavar y secar la ropa en un periquete… metes la ropa en la lavadora… te vas a
tomar una cervecita… vuelves en unos 40 minutos… sacas la ropa ya lavada… la
metes en la secadora… un poco de cháchara con los que han ido a lo mismo que tú... un paseito y ¡hala!... pa casa con la colada lista... "lo que no inventen estos americanos"... Y nada de mal visto lo de "mostrar la ropa sucia" en público... jeje.
El Ruby’s Inn, está regentado por la misma familia desde 1916. Rubén C. Syrett se instaló en este lugar con su familia, y cuando vio la belleza y las posibilidades del Cañon, comenzó a promocionar la zona y construyó una casa de campo y cabañas … Su negocio creció a la par que la popularidad del parque… "visión de futuro" y "espíritu emprendedor", porque instalarse en un lugar en el que, el poblado más cerca está a 30km… pues se las trae… o no?... Pero les ha ido… de maravilla… Menudas instalaciones tienen hoy montadas… con todo tipo de atracciones, actividades, tiendas y todo lo que, hoy día, cualquier viajero pueda necesitar… incluida gasolinera... Es muy popular y estaba lleno de turistas... sobre todo europeos: franceses, alemanes, italianos... y una española: "la menda". No recibo ninguna comisión por la propaganda...en serio!
Enfrente,
una replica de un pueblito del viejo oeste “Old Bryce Town", un lugar perfecto
para pasear, y saborear el espíritu del viejo oeste, hacer unas cuantas fotos y
si quieres… puedes comprar fósiles,
rocas o madera petrificada en Rock Shop.
Cuando ves algunos de los ranchos abandonados o alguna que otra callejita o saloon tipicos del viejo Oeste, que, a duras penas perduran por estas y otras tierras, es cuando te das cuenta de que, aquellas peliculas de cowboys, nos ofrecían una imagen sumamente idealizada y amplificada del Far West... cuando la realidad debió estar llena de futilidad y miseria: minusculos habitáculos como vivienda, con los mínimos enseres y sin ningún atisbo de comodidad... demasiado trabajo que realizar, muchos peligros que sortear y amplias extensiones de terreno para explorar....!Vámos... que una continua zozobra y un sin Vivir!...
Cuando ves algunos de los ranchos abandonados o alguna que otra callejita o saloon tipicos del viejo Oeste, que, a duras penas perduran por estas y otras tierras, es cuando te das cuenta de que, aquellas peliculas de cowboys, nos ofrecían una imagen sumamente idealizada y amplificada del Far West... cuando la realidad debió estar llena de futilidad y miseria: minusculos habitáculos como vivienda, con los mínimos enseres y sin ningún atisbo de comodidad... demasiado trabajo que realizar, muchos peligros que sortear y amplias extensiones de terreno para explorar....!Vámos... que una continua zozobra y un sin Vivir!...
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